Días pasados vecinos de Colonia Valdense divulgaron una carta donde daban cuenta que habían sido “víctimas de un desastre”, ya que un grupo de trabajadores municipales cortaron su cerco constituido por varias especies que tenía unos 30 años de crecimiento y desarrollo. HELVECIA intentó obtener la palabra del alcalde Andrés Malán, quien optó por no emitir declaraciones por el momento. A continuación compartimos la carta con los descargos de los vecinos Fernando Queirós y Raquel Barg.

CARTA DE LOS VECINOS DE COLONIA VALDENSE
Los abajo firmantes, somos un matrimonio que reside en Colonia Valdense desde el año 1990, en una propiedad cercana a Ruta nro. 1 “nueva”, esquina con calle Vlaussich ó continuación Esteban Lazague, según el punto de referencia que se tome en cuenta (padrón rural nro. 9104).

El motivo de la presente es poner en conocimiento los hechos ocurridos el día 21 de junio del corriente en la zona lindera de nuestra propiedad y calle Vlahussich:

1) Siendo las 8:00 hrs. de la mañana, nos disponemos a realizar las tareas del día, y al dirigirnos hacia el galpón de la casa vemos en el exterior de la portera un grupo de trabajadores, con motosierra y parado un pequeño vehículo municipal. Debemos aclarar para el lector, que frente a nuestro predio se ha realizado una nueva calle, continuación de Esteban Lazague desde Nueva Helvecia o Carlos Vlaussich desde Colonia Valdense, según sea nuestro punto de referencia. Hacía unos días que las máquinas que habían estado en esa labor se habían retirado, la calle a la altura de nuestro predio estaba terminada o de lo contario si faltaba alguna tarea, era menor. La calle es municipal, de balasto y se encuentra en zona rural.

2) En adelante, se expresa en primera persona, la firmante Raquel Barg para darle mayor claridad al relato de los hechos:

Me acerco al grupo de trabajadores y muy amablemente les pregunto (había tres personas en ese momento) si necesitaban algo, cuál era su cometido frente a nuestro domicilio; ellos me responden que tenían la orden de cortar todo nuestro cerco; dicho cerco está constituido por variadas especies, cuidado, prolijo, acompañando un espacio verde parquizado y tiene (o tenía) aproximadamente 30 años de crecimiento y desarrollo.

 Ante la insólita respuesta, entro en pánico y les pregunto ¿por qué se iba a hacer eso?, ¿cuál era la razón de tamaña medida?; ante lo cual me responden: ”Señora, nosotros tenemos la orden de cortar, si quiere llame al Alcalde Malán y pregúntele, ya que él es quien nos dio la orden”; a su vez, amablemente me ofrecen darme el número del celular para que hable con el Alcalde. Es así que me voy hasta la casa a buscar los elementos para llamarlo, le aviso a mi esposo que viniera a ver lo que estaba sucediendo, y cuando volvemos al punto de partida nos encontramos al Alcalde Andrés Malán en su camioneta; nos acercamos desesperados a conversar e informarnos el porqué de lo proyectado, motivos, razones de la sinrazón de todo esto, y ver la manera de detener el desastre. Se le preguntó el motivo, NO nos dio respuesta; se le dijo que la cortina no interfería en NADA en la calle ya trazada, en su tránsito vehicular, que no representaba ningún perjuicio para los transeúntes, que favorecía el entorno paisajístico del lugar, de nuestro predio (con manejo orgánico desde hace 30 años), que esta cortina biodiversa era nuestro reparo contra el viento (vivimos en el punto más alto de Valdense), también de la tierra y gases producto de la combustión de la maquinaria de diverso porte, autos, motos que pasan por la nueva calle y a su vez de los agrotóxicos que se aplican en predios vecinos.

El Alcalde Malán no nos contestaba, no había respuestas a nuestros requerimientos, a lo que le preguntamos quien era que daba esta orden, y él nos responde: ”el director general de Obras de la Intendencia” a lo que le preguntamos: ¿quién es? Él nos responde: ”Santos”, le decimos: ¿cómo una persona que se encuentra a 60 kms de aquí va a dar la orden de cortar algo que no conoce?, que no puede evaluar qué tipo de daños producirá su indicación, que no conoce ni el predio ni el paisaje en donde se encuentra, el porte y la edad de los árboles, las especies que integran la cortina viva, qué función predial cumple y en el ecosistema. Le decimos que es una medida que atrasa y que no puede ser efectuada. El Alcalde se retira del lugar.

3) 8:30 horas aproximadamente: corriendo vamos hasta el teléfono a hablar con la Dirección de Obras de la Intendencia de Colonia, pedimos a los muchachos que no corten (a esa altura se había cortado una rama importante de una Mora y el resto estaba sin tocar, indicación que el corte total lo iban a realizar sin aviso ninguno), a ver si podíamos detener esto con quien en teoría (según Malán) había dado la orden. Llamamos a la oficina,  atiende una funcionaria y en estado desesperado le pregunto por Santos, me dice que él no se encuentra allí, le explico la situación, le solicito el celular de Santos, ella me responde que no está autorizada a dármelo, me dice a su vez y con la mejor voluntad que va a intentar ubicar al segundo jerárquicamente de Santos; luego me llama y me informa que esta persona está de licencia, que hay otro funcionario municipal que se encontraría en la zona (encargado de Nueva Helvecia, Valdense y Rosario) que lo llamará y dirá que se comunique con nosotros y si puede hacerse presente en el lugar.

Mientras que yo hablaba con Colonia, mi esposo se encontraba con los funcionarios, ellos no estaban cortando ya que esperaban la resolución de este conflicto de intereses y porque sabían que la medida ordenada implicaba un “sin vuelta atrás”, su irreversibilidad. Mientras que estaba junto a los funcionarios escucho  como el Alcalde Malán le llamaba al celular y le decía: “corten!, corten!”

4) 9:00 horas: pasado este lapso, sin tener ninguna señal del funcionario que supuestamente tiene a su cargo la zona, que no llamó, ni vino, ni ese día ni nunca, que tampoco pudimos saber su nombre, llamo al celular de Malán para volver a conversar con él, que vuelva aquí, que evaluemos in situ nuevamente el impacto de la descabellada medida. Lo llamé dos veces, no me atendió ni me devolvió la llamada. Cabe acotar que nunca se bajó de la camioneta a visualizar con nosotros la realidad, sopesar pros y contra de lo indicado, tratar de ver una solución que contemplara sus razones (que nunca explicó) y ver cómo nosotros, vecinos y propietarios, habitantes del lugar, podíamos acordar efectuar la poda sin causar el enorme daño que luego se hizo, totalmente injustificado, avasallante, irreversible y absurdo.

A todo esto y con la orden dada telefónicamente por el Alcalde (“Corten! Corten!”), los funcionarios nos dicen: “ tengo una orden y no podemos esperar más”

5) 9:15 a 12:30 horas: se escuchó con angustia y dolor cómo se procedía a cortarlo todo!, inclusive cinco árboles de acacia, los únicos situados fuera del alambrado perimetral, que nacieron “guachos” y que ya tenían varios años, ubicados muy, muy cerca al alambrado perimetral, que  a su vez los funcionarios que realizaron la calle habían dejado, por evaluar que no era necesario cortar y que le dijimos a Malán (estacionado muy cerca de ellos), que detrás de estos árboles teníamos una huerta orgánica de autoconsumo, que los mismos junto con otras plantas oficiaban además de cortina corta viento, mejor protección de los agrotóxicos circundantes, de barrera respecto de los gases de la combustión que tenemos actualmente por el pasaje de vehículos en la nueva calle. No se perdonó nada, se arrasó con todo.

6) El corte de las diferentes especies va hasta el alambrado y en varios casos más adentro, invadiendo nuestra propiedad privada, no importando si eran árboles nativos, exóticos, arbustos, perennes, caducos, grandes, chicos, edades, nada tuvo consideración.

Las especies cortadas, muchas, la mayoría no rebrotarán, algunas por sus características propias (caso de los cipreses) y otras por la forma y agresividad como fueron intervenidas. El total de metros cortados son 125 aproximadamente. Las especies nativas que la integraban son: Anacahuita, Coronilla, Molle y las especies exóticas: Cipreses, Mora, Casuarina, Higueras (de más 80 años).

Las plantas nos ofrecían todos los beneficio ya relatados y NINGÚN PERJUICIO. Fueron cortadas en 3 horas, se llevaron toda la leña y nos dejaron la desolación, la vergüenza, la indignación, la angustia y la soledad. Además nos dejaron la desprotección predial y la necesidad de cubrir los espacios vacíos con una maya sombra cuya colocación será costosa en términos monetarios (para nosotros, claro), que no se compara con la barrera natural en ningún aspecto y cuya armonía estética es bastante cuestionable.

Una cortina de árboles biodiversa de 30 años de antigüedad es un Patrimonio Natural Adquirido.

7) Hace 4 días que llamamos a la Dirección de Obras de Colonia en diferentes horarios: de mañana, a primera hora de la tarde, más a finales de la tarde, y no hemos tenido respuesta alguna.

 Otro camino que recorrimos fue llamar a través del interno 262 que deriva directamente a la oficina de Santos: nunca atendió el teléfono. Tercera vía (que la evitamos todo lo que pudimos) a su celular, que lo conseguimos luego del desastre: nunca me atendió. También dejé mi número y mi nombre para que Santos se comunicara con nosotros, no hemos recibido hasta el momento de escribir esta carta  ninguna llamada ni mensaje.

8) Finalmente acotar que la Concejal Juanita Bertinat, sí nos atendió, sí vino a ver lo ocurrido, se preocupó en hablar con Santos y también transmitió esta situación en su reunión del día jueves en el municipio de Valdense, junto a los demás concejales y Alcalde suplente.

9) El viernes 24 de junio concurrí al municipio de Valdense en horas de la tarde a entrevistarme con el Alcalde suplente Carlos García (acotar que Malán está con licencia por enfermedad desde el miércoles 22/6/22) y la secretaria Gisella. Ambos me escucharon muy respetuosa y atentamente, agradezco este gesto humano.

10) Con el diario del lunes como se dice comúnmente, tendríamos que habernos opuesto tajantemente al corte, hasta conseguir una explicación y justificación coherente. Dado la situación de sorpresa, desinformación y desorientación, no procedimos así. Los que habitamos somos nosotros y las consecuencias que padecemos también corren por nuestra parte. Se efectúa la medida y se van, nosotros quedamos aquí, con nuestra pena y dolor. Alguien se hará cargo? Quien retribuye a nuestro ser y a las plantas el daño innecesariamente causado?

Hacemos esto también para que no les pase a otros vecinos y se pueda al menos dialogar, que parece que es mucho pedir.

Faltaron razones, sentido común, empatía, sentimientos y conciencia humana y ambiental.

Fernando Queirós Armand Ugón                          Raquel Barg Venturini

C.I  3.086.254-5                                                       C.I  1.289.714-2

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