Perder a alguien es una situación dolorosa que lamentablemente todos tendremos que vivir en alguno momento de nuestras vidas.
El dolor puede parecer insoportable pero el secreto para consolarnos es no pensar en nosotros sino en la persona que se fue
El primero de agosto se cumplió el 30 aniversarios de la muerte de nuestro querido Juan Carlos Curbelo Méndez un ser bondadoso que nunca dejó de irradiar ternura y afecto por su familia y amistades. Era un alma joven, la cual nos dejó muy pronto. Sin embargo, él sigue presente en la vida de todos nosotros.
Toda pérdida de alguien importante en nuestras vidas nos afecta y nos deja un gran vacío que no es fácil de llenar. Es una etapa muy difícil y esa herida en nuestros corazones siempre quedará abierta. Algo que todos tenemos muy claro, es que las personas no se pueden reemplazar. Lo más importante de todo, es saber guardar los buenos recuerdos en nuestra mente, y atesorar el cariño que le teníamos a esa persona, que lamentablemente ahora no se encuentra a nuestro lado. Son recuerdos que no se borrarán de nuestra memoria, de esta persona que ya no está pero que deja lindas cosas en nuestros días, celebrarlo desde acá es una muestra del inmenso cariño que tenemos por él y lo que nos dejó.
Las personas cuando parten de este mundo, dejan huellas imborrables y en torno a su fallecimiento, salen a relucir todos sus valores y todas las cosas buenas que hicieron en vida
Solamente las personas que se olvidan mueren. Tu recuerdo vivirá por siempre en nuestras vidas y será transmitido de generación en generación, así lo haré.
Chorly.
Foto: Curbelo junto a Jorge Larrañaga.
Texto publicado en la edición del pasado 29 de julio de HELVECIA.