8 de marzo, día internacional de la mujer. Lo reclamaron el año pasado, lo lograron este 23. Paro General, solo de mujeres, la Central obrera definió a favor de tan inédita propuesta. La batalla del sector femenino por sus justos derechos continúa. Reclamos persistentes que a paso de tortuga se dan reducidamente. La sociedad machista, patriarcal, que domina, no es propensa a efectuar cambios que realcen e igualen las oportunidades. La actual acción cultural tradicional, arcaica, cavernícola, sigue discriminando.
A similar tarea las mujeres ganan menos, son desacreditadas, la violencia de género se reitera en variadas actividades cotidianas. Actitudes injustificadas de un sexo sobre el otro, sin motivos ni razones valederas.

LO QUE OCURRE
María vive con 2 hijos, necesita trabajar, obviamente. No pudo estudiar, logró ingresar a un centro de capacitación de la construcción. Luego de cierto tiempo de preparación aprendió y se capacitó para uno de los rubros de trabajo obrero.
En el primer día de labor en la empresa, vaya sorpresa se llevó, en un momento el capataz la envía a limpiar restos de la obra en construcción. El impacto le impidió pedir explicaciones. Se dijo; “si estoy pronta, lista, preparada, ¿qué razón tienen para anularme participar con los demás compañeros hombres?” “Cobro menos”, pensé para mí, será por ser mujer. ¡Elemental mi querido Watson!
Lucia tiene incompatibilidad con su pareja, él bebe mucho, se droga, se vuelve violento le recomendaron hacer la denuncia. Se presenta en el lugar indicado, el agente que la atiende, toma cuenta detallada de los dichos de Lucia. De pronto le pregunta, “¿señora usted está segura de esta declaración? ¿No habrá hecho algo usted, para provocar dichas actitudes de su marido?” El juez resuelve tobillera, no acercarse a menos de 500 metros, a los pocos días me entero, otro femicidio.
¿No se encontrará por parte de la justicia otro procedimiento más eficaz, más previsible, seguro para salvaguardar la vida de la denunciante?
Aurora maneja un bondi, haciendo su habitual recorrido se ve obligada a hacer una maniobra arriesgada, desde un taxi sale el grito “tenías que ser mujer para manejar de esta manera”, imbécil acción machista.
En las calles los piropos antiguos, galantes y halagadores se han vuelto improperios, exabruptos de padre y señor mío. Ordinarios, los acosos, abusos sexuales siguen en alza, la degradación social estremece.
El típico y tradicional respeto y consideración por quien lo da todo, hasta la vida que ostentamos, perdió validez.
Las listas políticas partidarias, por más ley de cuotas que haya, tienen un porcentaje de 10 a 6 inclinada hacia los varones. Luego del acto eleccionario, si alguna de las parlamentarias debe dejar su cargo, asume un suplente masculino y no como debería ser, reemplazo femenino, muy feo.
En carnaval, de los 250 aproximadamente integrantes de murgas sólo 27 fueron mujeres, voces femeninas de calidad sobran.
Doña María toma a las 6 de la matina el 185, hace limpiezas en un apartamento de Pocitos. Cargada de años, algunos kilos de más en su cuerpo gastado, trabaja sin tiempo, le pagan muy poco, la destratan de continuo. Le costó encontrar changa y no puede perderla. Es mujer y ya adulta mayor, nada de conmiseración.

Por José Ramos – jose_esteban_ramos_@hotmail.com

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