Cada persona tiene su historia de vida que, sea el tiempo que sea, es único e intransferible.
Pueden ser segundos, horas, días, meses, años. Es el tiempo que vinimos a estar en este mundo, con una sola certeza: que ese tiempo tiene un final.
Y por eso, tal vez, ya que el hombre es el único ser creado que sabe, desde siempre, que va morir, vivimos nuestro tiempo según las circunstancias que, aunque no lo parezcan son, como decíamos, únicas e intransferibles.
En conciencia de ésto es que poder ser testigos y partícipes de una vida de 100 años es un privilegio. Para el que está viviendo ese momento, pero también para quienes tienen la posibilidad, la oportunidad y la emoción de asistir a lo que está reservado para pocas personas.
Y, en este caso concreto, no solamente ver el transcurrir de una vida, sino el camino andado, sus actitudes ante los demás y ante la propia vida que “con buen humor y un trozo de chocolate de vez en cuando”, se puede llevar y transcurrir hasta más allá de donde puede llegar la mayoría.
Claro, la fórmula no es universal, ni siquiera para la mayoría, tal vez ni siquiera para unos cuantos. Pero la fórmula existe y fue el instrumento utilizado por Rossiemarie Zech de Schöpf para sentir hoy, como lo dijo en varias ocasiones, “ser inmensamente feliz”
Por su trabajo de Enfermera casi 60 años, por su esposo, por sus dos hijos, por sus tres nietos y por las personas que hoy la acompañaron, colmando la Sala del Centro Cultural.
Una canción muy conocida dice “Gracias a la vida, que me ha dado tanto…”
Hay muchísimas personas en el mundo a los que la vida debe agradecerles todo lo que han dado y dan para merecerlo.
Rossiemarie Zesch de Schöpf ha dado tanto que sólo menciona dos cosas para, tal vez, en una larga lista, la vida pueda agradecerle con buen humor y un trozo de chocolate.
Como se había anunciado, el acto de celebración del 26 Aniversario del Museo Regional de Colonia Suiza, con motivo del Día Internacional de los Museos.
En la oportunidad, el tema central fue la Enfermería la Medicina y los Oficios desde 1862 en las primeras décadas de la colonia suiza Nueva Helvecia.
La homenajeada, Rossiemarie Zech de Schöpf.

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