Exprimo mi cerebro y encuentro sólo un precedente de un triunfo parecido de Uruguay en cuanto a nivel futbolístico desde que recuerdo (en Guayaquil 1959 empecé a ocuparme del fútbol) y fue la final de la Copa América ante Paraguay en 2011. Pero esto ante el Campeón del Mundo no tiene nada que ver. Incluso aquella memorable victoria también quitándole el invicto a la Argentina de Maradona en 1987, flamante Campeón del Mundo con el gol de Antonio Alzamendi en un contragolpe letal. No es ni parecida a esta victoria. Gran partido de Uruguay, protagonista en el primer tiempo y seguro controlador del complemento. No recuerdo algo parecido…
UN VERDADERO CLÁSICO
Nadie podía adivinar cómo se iba a plantear el partido. Muchos pensábamos que Uruguay iba a planificar un partido con cautela, preocupado por el potencial del adversario, por la calidad desequilibrante de Messi, por el momento del Campeón del Mundo y por una “Bombonera” colmada de fanáticos que esperaban un categórico triunfo.
Nada de eso: a Bielsa lo único que le preocupó fue realizar de la mejor manera posible su planteo, con una presión agresiva, con gran determinación, con actitud ganadora en todos los sectores del campo y con una disposición clara a salir disparado rumbo a la valla rival cada vez que se hacía de la pelota.
Argentina se vio sorprendido y por momentos desbordado. No pudo desplegar su manejo de pelota sereno y prolijo, en busca de las brechas para llegar al gol. En cambio de eso, tuvo que luchar palmo a palmo cada tramo de la cancha y cuidar la subida de sus marcadores de punta, que tuvieron que dedicarse más a controlar a Pellistri y Maxi Araújo, que a trepar por sus andariveles.
Con esas características se disputó un verdadero clásico, con dientes apretados, con fricciones, sin que nadie regalara nada, sin dar ni pedir tregua.
UN GOL DECISIVO Y MERECIDO
Uruguay plantó una línea de 4 firme, con Ronald Araújo, Sebastián Cáceres, Mathías Olivera y Matías Viña; un Ugarte descollante como volante tapón y salida desde el fondo; Valverde y De la Cruz por delante presionando a los volantes y zagueros adversarios y jugando siempre con mentalidad ofensiva al hacerse de la pelota; y tres delanteros de gran despliegue, primera línea de contención y listos para lanzarse a toda velocidad al área contraria.
Argentina con su clásico 4-3-3, esquema en el que Messi suelto y en diagonal desde la derecha, abre cualquier defensa. Y pese a que jugó en un buen nivel, la pidió, la buscó y siempre quiso, sobre todo en el primer tiempo, nunca encontró espacios para penetrar. Sólo un tiro libre cerca del vértice izquierdo del área, que “se sentó” en el horizontal y se fue por arriba, puso al mejor jugador del mundo cerca del gol.
Uruguay tuvo varias oportunidades en los pies de Núñez y De la Cruz, hasta que en los minutos finales del primer tiempo, una incidencia en la que peleó y ganó Viña ante Molina, culminó con pase cruzado atrás, para que Ronald Araújo rematara violento, rastrero, una pelota que se desvió en el pie derecho de “Dibu” Martínez y se clavó alto en la red a la derecha.
URUGUAY DUEÑO DEL PARTIDO
Con la tranquilidad del gol, Uruguay salió al complemento con la misma actitud, sin replegarse ni protegerse, jugando de igual a igual y obligando al rival a que no sólo pensara en llegar a su zona, sino también a protegerse de los contragolpes.
Scaloni sacó a un volante (Mac Allister) para dar ingreso a Lautaro Martínez y jugar con un doble “9”, pero no encontró fórmulas de elaboración de juego y jamás hizo peligrar la valla de un Rochet de noche increíblemente tranquila.
Recién en el minuto 37, un corner desde la izquierda en la que Lautaro anticipó en el primer caño, exigió al guardameta celeste que la mandó al corner del ángulo derecho.
En el final, un contragolpe letal lanzado por Nico De La Cruz, gran corrida de Darwin que los acalambró con sus piques; y definición exacta ante la salida de “Dibu” Martínez para establecer el definitivo 2 – 0.
Gran partido de Uruguay; jugadores que rayaron a gran altura sin excepciones, al punto que quizás Valverde fue de los menos brillantes; una convicción absoluta de lo que hacen; un manejo de pelota como pocas veces hemos visto en un equipo uruguayo y sin necesidad del adormecedor toqueteo atrás y a los costados; y una exuberancia física notable.
Incluso Rodrigo Bentancur, con pocos minutos de fútbol tras ocho meses lesionado, entró con gran dinámica para constituir un valioso aporte en los minutos finales.
Si alguien hubiera dicho que en estos dos partidos consecutivos del calendario ante Brasil y Argentina, íbamos a cosechar 6 puntos, ¿quién lo hubiera creído?
Ahora viene Bolivia el martes, cuando seguramente veamos juntos a Darwin y Luis Suárez. Así lo esperamos muchos.
LOS DETALLES: ARGENTINA 0 – URUGUAY 2. Estadio: “Alberto J. Armando” conocido como “La Bombonera” (Buenos Aires – Argentina). ÁRBITRO: Wilmar Roldán (Colombia)
ARGENTINA: Damián Emiliano Martínez; Nahuel Molina, Cristian Romero, Nicolás Otamendi y Nicolás Tagliafico (80’ Marcos Acuña); Rodrigo De Paul (63’ Exequiel Palacios), Enzo Fernández y Alexis Mac Allister (46’ Lautaro Martínez); Lionel Messi, Julián Álvarez (80’ Giovanni Lo Celso) y Nicolás González (53’ Ángel Di María). D. T. Lionel Scaloni.
URUGUAY: Sergio Rochet; Ronald Araújo, Sebastián Cáceres, Mathías Olivera y Matías Viña (46’ José Ma. Giménez); Manuel Ugarte; Federico Valverde y Nicolás De la Cruz; Facundo Pellistri (88’ Agustín Canobbio), Darwin Núñez (91’ Federico Viñas) y Maximiliano Araújo (62’ Rodrigo Bentancur). D. T. Marcelo Bielsa.
GOLES: 1er. Tpo. = 40’ 25”; R. Araújo (U)
2do. Tpo. = 41’ 24” D. Núñez (U)
AMONESTADO: 32’ M. Ugarte (U); 35’ A. Mac Allister (A); 67’ J. M. Giménez; 68’ L. Martínez (A); 77’ C. Romero; 79’ M. Olivera; 92’ E. Palacios (A)
NOTA: Al ingresar Giménez, lo hizo como zaguero central, pasando Olivera como marcador de punta a la izquierda.
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