* Un partido soñado para Luciano Rodríguez. Jugó casi tres partidos y medio sin poder ni siquiera acercarse a su nivel del Sudamericano. Contra Gambia recibió una tarjeta roja injusta. Y más injusta aún fue la sanción que lo dejó dos partidos al margen. La acción en la que resultó expulsado, se produjo cuando tras gran tapada de Randall Rodríguez, Luciano salió disparado en contragolpe y el marcador de punta Sanyang lo tomó de la cintura, lo manoteó arriba, lo sujetó casi provocativamente cuando ya había cortado su carrera. Y en esas circunstancias, Luciano tiró un manotazo hacia atrás para desprenderse que apenas rozó al defensa. El árbitro, con acierto, lo amonesta. Pero el VAR lo llama para revisar la jugada y el francés anula la amarilla y le muestra roja. Tremendo error. Gran injusticia. Y el Tribunal de Penas le aplica dos partidos. Ayer volvió a la titularidad, buscó con insistencia el gol pero no la embocaba; y cuando faltaban cinco minutos, logra el gol de la victoria y del título.
Una revancha más impresionante, no se le podía dar.
* El arbitraje del sueco Glenn Nyberg adoleció de varios errores graves. El primer error fue su designación: no parece adecuado designar a un árbitro europeo para una final entre un europeo y un sudamericano. Debería haber sido un asiático o un árbitro e la CONCACAF, para que su estilo de ver el juego fuera más equidistante a ambos adversarios. Además, en el VAR estaba un suizo y la nicaragüense Tatiana Guzmán. En un deporte tan machista como el fútbol, puede intuirse la incidencia que puede tener una nicaragüense ante un suizo para tomar determinaciones del VAR. Y eso explica algunas cosas…
El primer error fue permitir impunemente a Italia rotar a los que cometían faltas sobre Luciano Rodríguez, en una táctica ilegal que está prevista en el reglamento.
El segundo error fue el no expulsar al guardameta Sebastiano Desplanches, que le aplicó un puntapié a un adversario desde el piso, cuando la pelota no estaba en juego. El VAR debió llamarlo, pero él perfectamente pudo verlo porque había solo tres jugadores involucrados en la escena y fue muy fácil de ver.
Y el error más grave, en el que están involucrados los integrantes del VAR, fue la correcta expulsión que decretó del volante Mateo Pratti por una alevosa agresión a Fabricio Díaz: un planchazo artero a la altura de la rodilla. Pero el VAR lo invitó a revisar la acción y el juez rectificó su decisión y dejó en la cancha al italiano.
* Mucho hemos hablado del nivel de Uruguay en este Mundial. Hemos elogiado su entrega, su personalidad, su ambición ofensiva, su presión sobre el rival, su solidaridad como equipo, su cuidado de la pelota, su remate de media distancia, su fortaleza y resistencia física.
Sin embargo, nadie nombra a los artífices de este estado físico que permitió el nivel que mostró el equipo. Hagamos justicia con nuestro humilde homenaje. Gran parte de esta consagración se debe al trabajo de los Profesores Santiago Ferro y Diego Estavillo.
* Los trofeos objetivos (que no dependen de opinión de periodistas sino que sólo se determinan por datos concretos) fueron cuatro: el premio Fair Play a Estados Unidos, la Bota de Oro de goleador al italiano Cesare Casadei, la de Plata al brasileño Marcos Leonardo y la de bronce al colombiano Óscar Cortés.
El Guante de Oro al mejor arquero se lo llevó el italiano Sebastiano Desplanches, quien recibió goles 8 goles en 7 partidos. Mantuvo la valla en 0 en un solo partido. Como un dato más: Randall Rodríguez, el guardameta uruguayo, recibió 3 goles ante Inglaterra en el único partido que fue vencido. En los otros 6 no recibió ni un solo gol.
El Balón de Oro al mejor jugador del certamen fue para Cesare Casadei, también Bota de Oro al goleador quien convirtió siete goles en siete partidos. Solo faltó en el tanteador las dos veces que perdió Italia: 2-0 ante Nigeria y 1-0 con Uruguay en la final.
El Balón de Plata fue para el uruguayo Alan Matturro y el de bronce para el surcoreano Lee Seung-Won, volante y capitán de la Selección de Corea del Sur, que aportó tres goles.
Foto: El País.
R. Leizagoyen – raddyleizagoyen@gmail.com